martes, noviembre 20, 2007

CARLOS CABRERA




Los seguidores de este meteorólogo pueden verlo en el informativo matinal de Tele 5 y algunos fines de semana. Pero su recorrido pasa por TVE, Cuatro y Canal Meteo. Su secreto consiste en su gran capacidad de adaptación. Respeta las normas de estilo de cada cadena sin dejar de ser él mismo. Cada formato condiciona una manera de presentar y también la pauta que imprime el director de cada sección de Meteorología. Carlos resulta siempre elegante, afable y con voluntad didáctica. Detrás de cada exposición, hay un interés auténtico de que el espectador se quede con el porqué de un fenómeno y con la magnitud real de los hechos.

Es un profesional tremendamente ponderado. Este verano ofreció una conferencia sobre cambio climático en la Casa de Canarias en Madrid donde huyó de todo sensacionalismo o titular fácil. Supo contextualizar el problema, arriesgar en su valoración pero sin querer simplificar un fenómeno al que le faltan elementos de análisis. Cabrera denunció que faltan estudios que garanticen una información comprometida.

Su deseo de extender sus conocimientos y sus ganas de darlo todo en cada previsión hacen que jamás se de una tregua. Y el telespectador lo agradece y le otorga su confianza.

lunes, noviembre 19, 2007

MARTA JAUMANDREU




Las formas no pasan inadvertidas. Domina la mirada a la cámara. Cada sonrisa es un saludo sutil. Su presencia es importante aunque no sea grandilocuente en sus movimientos o en su discurso.

Prefiere la sencillez en la exposición pero siempre matizada por el detalle. Toda la información es útil, aprovecha cada segundo y relaciona todos los elementos para hacer más digerible y comprensible el discurso.

Engancha su complicidad, un carácter que se adivina tenaz pero que endulza con una precisión que nunca es impositiva. Invita a entender y a escuchar pero no quiere dominar desde un escenario del que se hace dueña y con una profesionalidad que la sitúa entre las grandes del género.

EL TIEMPO ES ARTE




Cuando inicié este diario, hace un año, decidí lanzaros las propuestas culturales que me resultaran atractivas. Libros que no llegan al gran público pero merecen atención, cantantes minoritarios que están creciendo y artistas, en definitiva, que ofrecían una mirada diferente e interesante.
Quiero hacer un homenaje a un arte no catalogado como tal. Y así mostrar el talento necesario para realizar bien una tarea no siempre correctamente valorada: Presentar el tiempo.

Son muchos los retos a tener en consideración para esta "puesta en escena" tan particular. Fascina a quien conoce las entrañas de la televisión pero parece un "relleno" para el telespectador bulímico, cansado de ver tantas caras y discursos huecos que zapea sin compasión cuando ve a un individuo, desprovisto de todo, en pie, sólo frente a la audiencia y ante un mapa.

Para hacer el tiempo hace falta ritmo, calidez, energía, proximidad pero también rigor, exactitud, credibilidad y compromiso. Son unos pocos minutos muy elaborados. Cualquier desajuste desentonaría. Toda la entrega y la sincronía no se aprecia; tan sólo el error. Es un formato cruel, desagradecido, que invita a la mofa y a la frivolización por parte de muchos telespectadores. La expresividad y la contención son dos elementos que hay que combinar a partes iguales: En el discurso y en la forma. Si el espectador conociera los elementos de análisis para evaluar lo que está viendo...se daría cuenta de que es un auténtico espectáculo.

Cada presentador de los que conozco y admiro aporta algo. Juntos serían el perfecto hombre/mujer del tiempo. Cada uno por separado son increíbles.