lunes, noviembre 19, 2007

MARTA JAUMANDREU




Las formas no pasan inadvertidas. Domina la mirada a la cámara. Cada sonrisa es un saludo sutil. Su presencia es importante aunque no sea grandilocuente en sus movimientos o en su discurso.

Prefiere la sencillez en la exposición pero siempre matizada por el detalle. Toda la información es útil, aprovecha cada segundo y relaciona todos los elementos para hacer más digerible y comprensible el discurso.

Engancha su complicidad, un carácter que se adivina tenaz pero que endulza con una precisión que nunca es impositiva. Invita a entender y a escuchar pero no quiere dominar desde un escenario del que se hace dueña y con una profesionalidad que la sitúa entre las grandes del género.